Cuando conseguí mi primer trabajo tras la Universidad estaba entusiasmada. Comenté a un par de amigos que trabajaría en un departamento de exportación, así como qué cobraría.
Recuerdo que ese mismo día, mi salario era vox populi. Esos amigos lo comentaron como un chismorreo, sin mala intención, pero no me sentó nada bien. Dada mi memoria “selectiva”, si sigo acordándome de aquello, es que le di importancia.
No se hablaba de dinero, no comparábamos salarios unos con otros. Era como algo muy privado, que se negociaba de forma individual.
Pues bien, el escenario ha cambiado y la transparencia salarial ha llegado para quedarse.
Dado que las empresas no lo podrán controlar, mejor ser proactivos, ¿no?
Y, de hecho, esa transparencia, conlleva muchas ventajas:
- Fomentamos la confianza con el empleador.
- Fomentamos las buenas relaciones entre los compañeros.
- Evitamos cualquier tipo de discriminación.
¿Cómo es tu política salarial?, ¿Qué plan tienes para lidiar con ese nuevo escenario?
¡Bienvenida la transparencia!