“Las cadenas del hábito son demasiado livianas para sentirlas, pero demasiado pesadas para romperlas” Warren Buffet.
Habréis oído que bastan 21 días para convertir una acción o comportamiento determinado en un nuevo hábito. Y la realidad es que desde el 12 de marzo hemos tenido tiempo más que suficiente de desarrollar nuevos hábitos en el trabajo.
En eso es en lo que me centro cuando trabajo con los equipos estas últimas semanas. Analizamos esos nuevos hábitos, que nos aportan y si vale la pena no perderlos de vista.
- Hemos aprendido a planificar más y mejor.
- Nos hemos puesto a trabajar por objetivos organizándonos lo mejor que podíamos teniendo los peques en casa.
- Las reuniones son más concretas y productivas.
- Hemos puesto el foco en detectar los estados emocionales del equipo. En la situación que vivimos es tan o más importante explicar qué te pasa, qué sientes, que hablar puramente de trabajo. Hemos substituido esas conversaciones alrededor de la máquina de café por las conversaciones con la taza en la mano y con una pantalla de por medio.
- Resulta que preguntamos menos y nos espabilamos más.
- Hemos creado nuevos canales de comunicación.
- Somos expertos en el uso de la nube, Teams, Skype, Zoom, etc.
- Usamos mucho menos papel.
- Hemos desarrollado mayor empatía.
- Nos hemos dado cuenta de que a lo mejor no hace falta viajar tanto y que podemos mantener la relación con nuestros clientes y proveedores de forma online.
- Llamamos más y las cadenas de email son más cortas.
- Nos hemos vuelto unos expertos en salir de nuestra zona de confort.
Hay mil argumentos para verlo todo negro, pero también hay luz. Nos podemos centrar en lo malo o podemos ampliar nuestra mirada y ver todo lo positivo.
Las etapas del cambio son la negación, la resistencia, la exploración y el compromiso. En lo referente al teletrabajo deberíamos estar todos ya en compromiso y desde ahí, lo que toda es reconocer y agradecer.
¿Qué hábitos han desarrollado tus equipos? ¿Cuáles vale la pena mantener?